Uno de los pasos más importantes para proteger el futuro de una empresa es gestionar correctamente sus riesgos. Y una de las herramientas más eficaces para hacerlo es un seguro multirriesgo empresarial.
Este tipo de seguro no solo cubre daños materiales que puedan afectar a la actividad diaria, sino que también protege frente a reclamaciones de terceros que puedan poner en riesgo tu estabilidad financiera. Por eso, en este artículo, queremos explicarte qué incluye un multirriesgo, qué coberturas puedes contratar y cómo elegir la opción que mejor se adapta a tu negocio.
¿Qué es un seguro multirriesgo empresarial?
Un seguro multirriesgo empresarial es un tipo de póliza que agrupa diferentes tipos de cobertura bajo un mismo contrato. Es decir, ofrece protección frente a daños materiales (como incendios, inundaciones o robos), responsabilidad civil (reclamaciones que hagan terceros) y otros riesgos relacionados con la actividad empresarial.
Está pensado generalmente para empresas pequeñas, que requieren una cobertura nominada y adaptada a sus riesgos concretos. Por ejemplo, negocios con instalaciones modestas, equipamiento específico y volúmenes de stock controlados.
Por el contrario, las empresas grandes o con maquinaria compleja suelen optar por un Seguro Todo Riesgo de Daños Materiales (TRDM), que cubre cualquier daño que no esté expresamente excluido en la póliza. Esta diferencia radica en que el multirriesgo enumera específicamente las coberturas y riesgos cubiertos, mientras que el TRDM tiene un carácter más amplio y flexible, ideal para riesgos más complejos o variables.
La ventaja principal del seguro multirriesgo empresarial frente al TRDM es que, en una misma póliza, se combinan tanto coberturas de daños materiales como de responsabilidad civil, facilitando una protección integral con una sola gestión y generalmente un coste más competitivo.
Por lo tanto, en un solo contrato puedes proteger:
- Tus instalaciones
- Maquinaria y equipos
- Mobiliario y existencias
- Pérdida de beneficios tras un siniestro
- Reclamaciones por daños a terceros
¿Qué coberturas incluye un seguro multirriesgo?
Las coberturas de seguros multirriesgo pueden personalizarse según el tipo de negocio, pero para tener un referente, estas son las más comunes:
- Incendio, explosión y caída de rayo
- Daños por agua (fugas, roturas de tuberías…)
- Robo y expoliación
- Rotura de cristales y daños estéticos
- Daños eléctricos en maquinaria o equipos
- Gastos de demolición y desescombro
- Responsabilidad civil por daños a terceros
- Pérdida de beneficios si el negocio se detiene tras un siniestro
- Avería de maquinaria
- Coberturas automáticas y compensación de capitales
- Bienes refrigerados
Seguro multirriesgo ventajas
Una fuga de agua, un incendio o una avería pueden parecer poco probables… hasta que ocurren. Un solo imprevisto puede generar pérdidas significativas, interrumpir la actividad o derivar en reclamaciones costosas.
Un buen seguro multirriesgo actúa en tres frentes fundamentales:
- Protección de bienes materiales: cubre los daños que puedan sufrir tus instalaciones, maquinaria, equipos, mobiliario o mercancía. Así te aseguras de no tener que cubrir esos daños con fondos propios.
- Responsabilidad civil: si un tercero sufre un daño a causa de tu actividad, esta cobertura se hace cargo de las indemnizaciones. Por ejemplo, en el caso de que un cliente se lesione en tu local o un incendio que afecta a una nave vecina. Este seguro protege tu patrimonio y evita conflictos legales.
- Continuidad del negocio: si un siniestro obliga a detener tu actividad (por ejemplo, por una inundación o un fallo eléctrico grave), la cobertura de pérdida de beneficios te compensa económicamente durante el tiempo que estés sin operar.
Además, ganas tranquilidad para ti y para tus clientes, empleados y proveedores.
¿Cómo elegir el seguro multirriesgo más adecuado según tu tipo de negocio?
Ya hemos visto qué es un seguro multirriesgo, lo que cubre y su importancia, pero ¿Cómo escogerlo bien? Lo primero es tener en cuenta que no hay dos negocios iguales, por eso no existen dos pólizas multirriesgo que deban ser idénticas.
Por eso, es importante una evaluación. Un análisis de riesgos que identifique qué bienes materiales están más expuestos (instalaciones, maquinaria, mercancía…), qué tipo de responsabilidades pueden surgir frente a terceros (clientes, proveedores, vecinos…) y cómo podría impactar un siniestro en la continuidad de tu actividad. Este es el primer paso para contratar un seguro que realmente cumpla su función: protegerte ante lo inesperado.
Podemos destacar los siguientes factores para hacer esta evaluación:
- Tipo de actividad: ¿Tu empresa ofrece servicios, vende productos o produce bienes? Es fundamental que la actividad desarrollada esté claramente y correctamente descrita, ya que cada caso implica riesgos diferentes y una buena definición facilita la identificación y gestión adecuada de esos riesgos.
- Tamaño y ubicación: Un local abierto al público necesita cobertura frente a daños a terceros. Un almacén en zona rural quizá deba reforzar la protección contra incendios o fenómenos climáticos.
- Valor de los activos: Maquinaria, mobiliario, mercancía, equipos electrónicos… Todo eso debe calcularse correctamente para evitar estar infraasegurado. Por ejemplo, si dependes de una maquinaria concreta para producir, una avería puede detener tu negocio. La cobertura de avería de maquinaria y la de pérdida de beneficios te ayudarían a continuar sin pérdidas graves.
- Dependencia del espacio físico: ¿Podrías seguir operando si tu oficina o taller sufriera un siniestro? Si no, la cobertura de pérdida de beneficios será imprescindible.
- Presupuesto disponible: Un seguro multirriesgo no tiene por qué ser caro. Es posible optimizar coberturas sin pagar de más si se analiza bien la actividad y se eliminan garantías innecesarias.
En el caso de pymes, esta elección es aún más crítica. Con menos margen financiero que una gran empresa, cualquier siniestro puede perjudicar la viabilidad del negocio. Por eso, para este tipo de negocios, hay que ser aún más críticos ya que puede marcar la diferencia entre recuperarse o cerrar.
¿Qué errores evitar al contratar un seguro multirriesgo?
Uno de los errores más comunes al contratar seguros es pagar de más por coberturas que no necesitas, o peor, quedarte corto y no tener protección suficiente.
¿Cómo evitarlo?
- Revisa anualmente los capitales asegurados.
- Asegúrate de que la póliza cubre lo que realmente importa para tu negocio.
- Comprueba que las nuevas actividades o ampliaciones están recogidas. Por ejemplo, si tu empresa crece, cambia de local, incorpora nueva maquinaria o amplía su actividad, la póliza debe revisarse para reflejar esos cambios.
- Ajusta la cobertura de pérdida de beneficios al tiempo real que tardarías en volver a operar tras un siniestro.
Además, ten presente que una póliza muy barata puede parecer atractiva, pero a menudo implica límites bajos o coberturas insuficientes para tu tipo de negocio.
Tampoco hay que asegurar por debajo del valor real (lo que se conoce como infraseguro), porque puede reducir considerablemente la indemnización en caso de siniestro.
Lo mejor es consultar con un asesor especializado porque un especialista puede ayudarte a identificar los riesgos reales de tu empresa, eliminar coberturas innecesarias y optimizar costes sin comprometer tu seguridad.
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